viernes, 5 de julio de 2013

Cómo escribir una novela (I)



A menudo me paran por la calle y me preguntan: “Oye, tú eres escritor, ¿no? Verás, a mí también me gustaría escribir un libro, pero no sé por dónde debería comenzar”.

Es broma, nadie me para por la calle; es lo bueno de ser un autor desconocido. Lo malo es que tampoco te leen. Valga esta pequeña introducción para traer al blog una serie de pensamientos, comentarios… en definitiva, ocurrencias veraniegas, que sirven para darle contenido a la página, y de paso para quitarle de la cabeza la idea de meterse a novelista al pobre iluso que… vale, esto también es broma.

Yo no soy ningún experto, ni un profesor. Nunca he dado clases de nada, y puede que no haya nadie interesado en leer lo que vaya a decir a continuación, pero son casi las diez de una noche de verano en la que comienza a oscurecer, y me parece el momento apropiado para sacar este tema. Lo creáis o no, hay muchas personas (puede que más de cinco) a las que les gustaría cruzar esa fina línea que separa la lectura de la escritura, pero nunca han encontrado el momento, o la fuerza de voluntad para dar el paso. A todas ellas les digo que no duele, por más rumores que circulen por ahí, y puede que acabe gustándoles.

Lo primero si quieres escribir es tener algo que contar; pura lógica. Lo segundo es tener algo de tiempo, que se le puede robar a esas largas horas de televisión, a ese momento de reunión vecinal en el rellano, o vete tú a saber qué. El verano puede ser un buen momento, dado que son muchos los que cogen vacaciones, al final terminan haciéndoseles largas, y no saben en que ocupar las largas horas en el chiringuito. A todos ellos les digo: escribid (si os apetece, claro).

Ya estáis sentados frente al teclado del ordenador (doy por hecho que la vieja máquina de escribir hace años que está cogiendo polvo en el trastero), ¿y ahora qué? Yo no comenzaría escribiendo una historia del tipo “Guerra y paz”, o “El señor de los anillos”. Comenzaría con un relato corto, de dos páginas a lo sumo. Si somos capaces de llegar hasta el punto y final sin flaquear, puede que estemos destinados a algo más grande. Si no es así, creo que puedes dejar de leer esto ahora mismo.

Dicen que los experimentos hay que hacerlos con gaseosa, de modo que hay que comenzar con textos breves, para habituarnos a la tarea de escribir. No estaría de más que alguien (distinto a nosotros, y a ser posible de nuestra madre, que tanto nos quiere y jamás verá un defecto en nosotros) lo leyese después, para darnos su opinión (no vale pagarles, que eso condiciona).

Si has superado la prueba, tienes una historia en tu cabeza que pugna por salir, y amenaza con inundar cientos y cientos de páginas… no, aún no es el momento de lanzarte a la escritura de una novela. ¿En serio pensabas que con escribir un par de textos ya has dejado atrás tu etapa de escritor de relatos cortos? Yo de ti le dedicaría algo más de tiempo, y te hablo de meses.
A veces nos pasa que nos entran unas ganas locas de hacer algo, y diez minutos después ni nos acordamos del motivo que nos llevó a comprarnos la bicicleta estática sobre la que estamos sentados, completamente bañados en sudor. No, antes de enfrentarte a la escritura de una novela es preciso que te asegures de que tienes la señal de la bestia, esa marca invisible que todo escritor porta en su interior, y que le hace ver un rollo de papel higiénico como algo más que un juguete para un gracioso perrito en un anuncio de televisión… el escritor verá lo que ningún otro ojo, que no haya recibido el entrenamiento adecuado, sería capaz de apreciar: ese rollo bien podría servir para escribir una obra maestra a falta de otra superficie donde registrarla.

Y hasta aquí la primera entrega de esta apasionante serie de entradas de mi blog. Estoy seguro de que os habrá sido de gran utilidad, y que en vuestra primera novela guardaréis un espacio en los agradecimientos para acordaros del día que llegasteis hasta esta página web mientras buscabais la fórmula de la Coca-Cola en Google.

Pronto más.

6 comentarios:

  1. Quedé totalmente atrapada con lo que has escrito, son tan reales tus consejos y tan sabias tus reflexiones, que no puedo menos que felicitarte. Gracias por tu sencillez y aliento para aquellos que nos estamos animando a entrar en el mundo mágico de las letras.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En realidad no he hecho más que poner por escrito unos primeros pasos que me parecen bastante lógicos. Me alegro de que lo hayas visto interesante, y espero que muy pronto seas tú quien anime y aconseje a otros que, como nosotros, un día sintieron la llamada de la selva (de los libros, claro).
      Gracias por pasarte por aquí, y por tu comentario.

      Eliminar
  2. Gracias por tu reflexión, es exactamente lo que estoy haciendo, proyectos pequeñitos, para probar, practicar, aprender estilos, experiemtnar, ver donde te sientes cómodo, donde no... No puedes empezar a escribir con la novela de tu vida.
    De todas formas me he metido en tu blog hoy porque creo (igual me equivoco, seguro que tu lo sabes mejor) que has sido finalista en el concurso de Necedades del Cuervo, o me pareció escuchar tu nombre en la relaciónd e finalistas. Si es así, mi más sincera enhorabuena.
    Un saludo, te sigo leyendo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Seguro que quien vaya a ganar este año el Tour de Francia comenzó de pequeño con una bicicleta con esas pequeñas ruedas adicionales para no caerse, y es que en todo hay que comenzar poco a poco, y de lo más sencillo a lo más complejo.
      Respecto al concurso, no tenía ni idea de que ya se conociera el fallo, y me he enterado a través de tu comentario. La verdad es que siempre es grato que una de nuestras obras sea distinguida, pues nos hace pensar que después de todo, a lo mejor lo que escribimos puede gustar a otras personas (distintas de nuestra madre).
      Muchas gracias por darme la noticia. Te deseo mucha suerte con tus escritos, y que consigas llegar allí donde te propongas, bien sea a la mera satisfacción personal, o a publicar para el gran público.

      Eliminar
  3. Jaja, pues me alegro de haber sido tu portadora de buenas noticias. Gracias por compartir tu relato, es una aproxiamci'on a la vejez que se aleja de los habituales romanticismos para afrontarlo de una manera m'as... quiza seria ser'ia la palabra? En cualquier caso gracias por publicarlo, se aprende mucho de leer las propuestas de los demas (sobre todo cuando son mejores que las de uno mismo :))

    ResponderEliminar
  4. Gracias a tí por leerlo. La verdad es que con todo se aprende en la vida, aunque a veces no nos demos cuenta. Lo de que un relato sea mejor que otro es completamente subjetivo. A veces pasa que leemos los relatos premiados en un concurso, y llegamos a la conclusión de que nosotros los hubiéramos ordenado de otro modo (en relación a los puestos, me refiero). Después de todo, hay tantas opiniones y gustos como personas.
    ¿Cuántas obras estupendas no nos habremos perdido porque un jurado prefirió otras en su lugar (igualmente estupendas, por supuesto, que no quiero decir que el fallo de un jurado sea eso precisamente, un fallo)?

    ResponderEliminar

Gracias por tus pensamientos



Subir