sábado, 8 de marzo de 2014

Cómo convertir tu novela al formato EPUB (y no morir en el intento) - parte II

En la anterior entrega de este coleccionable, imprescindible en la biblioteca de cualquier aspirante a escritor, nos quedamos con nuestra obra convertida a PDF, lo cual es fantástico, pero sin duda no termina de satisfacernos.

Existen diversos programas para convertir nuestra novela al formato EPUB. Entre ellas, Calibre es uno de los más populares, y de hecho yo me lo descargué e instalé. Por cierto, es gratuito. No terminó de convencerme, de modo que seguí buscando, y encontré otro candidato, igualmente gratuito, llamado Sigil. En esta ocasión di en el blanco.

Una vez elegida la herramienta que habría de facilitarme la tarea, el problema era conocer su funcionamiento. Haciendo un derroche de ingenio impropio de mí, acudí a la Ayuda del programa, situada en el menú superior. Dentro de esta, pinché en cursillos, con lo que pude acceder al siguiente tutorial, en la lengua de Shakespeare. Bastó con seguir sus pasos (que yo alteré en cierto grado), y obtuve mi recompensa.

Lo primero que debemos tener claro es que, cuanto más simple sea el archivo original que queremos convertir a EPUB, más sencillo resultará el proceso. Tras leer diversos consejos y opiniones, llegué a la conclusión de que lo mejor es partir de un archivo HTML en lugar de DOC. Yo escribo con Word 2003, y pasar de DOC a HTML es tan simple como ir al menú Archivo, y guardar nuestro documento como "Página Web, filtrada". No sé si en versiones más modernas de este procesador de texto aparecerá con otro nombre.

Para pasar el archivo DOC a PDF, había insertado la fotografía que sirve de portada en la primera página, pero para el resto de conversiones es mejor eliminarla. Hay que tener en cuenta que un archivo EPUB, en realidad es un archivo comprimido que contiene diversas carpetas, entre ellas una dedicada a las imágenes incluidas en nuestro libro, como puede ser la portada. Con esto quiero decir que esa foto la añadiremos más tarde en Sigil.

También es conveniente eliminar encabezados y pies de página, ya que al pasar a EPUB esos textos aparecerán al mismo nivel que el resto, y tendremos un documento difícil de leer.
¿Los números de página? Fuera también. Al fin y al cabo, ¿qué sentido tiene hablar de número de páginas en un archivo EPUB, cuando podemos cambiar el tamaño de la letra, y ese número cambiaría?
¿Y ese índice que tanto nos costó hacer? ¡Fuera también, no queremos nada raro en nuestro texto!

A estas alturas deberíamos tener un precioso archivo HTML, desprovisto de portada, encabezados, pies de página, numeración, índice, ni ninguna otra ilustración que hayamos podido añadirle (no era mi caso con "Los sueños de Terpsícore").

Desde el programa Sigil, abrimos el archivo HTML me diante Archivo-Abrir, y tendremos el texto en la ventana central. Bastará con guardarlo (Archivo-Guardar), ¡y ya tendremos un archivo EPUB!


Sí, tendremos un archivo EPUB, pero muy básico. De hecho le falta la portada, el índice, los metadatos...

Creo que ha llegado el momento perfecto para dejar la lección en un punto álgido, creando expectación, de modo que os emplazo para la próxima entrega del cursillo que marcará un antes y un después en el mundo editorial.

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